El Devī Māhātmya, el Canto de la Diosa Suprema es un texto sagrado atemporal. En este Canto reside una sabiduría que se expande en setecientos versos. Por ello, es también conocido como Durgā Saptashati.
El texto canta, en sánscrito, la grandeza de la Diosa, de la energía femenina divina que constituye la realidad trascendental suprema del cosmos
Aunque el texto escrito se sitúa alrededor del siglo V o VI d. C, sus raíces profundizan en épocas prehistóricas, en los pueblos de la Civilización del Indo y en los pueblos pre-arios.
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Devī Māhātmya es una entidad independiente; pero se encuentra inserta entre los capítulos 81 al 93 del Markandeya Purana. En toda una glorificación a la Diosa Madre concentrándose, exclusivamente, en la Śakti.
Devī Māhātmya canta el Origen, la Presencia, la Gracia y la Victoria de la Devī. A través de un profundo simbolismo lucha con grandes demonios como Madhu, Mahiṣa y Śumbha- Niśumbha, los cuales representan las tendencias tóxicas, las malas cualidades y el ego.
Devī Māhātmya es una entidad independiente; pero se encuentra inserta entre los capítulos 81 al 93 del Markandeya Purana. En toda una glorificación a la Diosa Madre concentrándose, exclusivamente, en la Śakti.
Se dice que sólo aquellas personas que desarrollen una mirada interna y mantengan una actitud de introspección, serán capaces de percibir las perlas escondidas; las cuales son verdades reveladas con un profundo simbolismo sagrado.
Insertado en el texto se encuentran cuatro Glorificaciones a la Gran Diosa que nos desborda de una belleza poética; mientras nos muestra el entusiasmo devocional. Se transmite el fervor por la esencia femenina divina.
Los pueblos prearios ya habitaban el subcontinente indio antes que los pueblos arios llegasen.
Para estas civilizaciones, de pueblos prearios, el poder femenino y su divinidad posee la esencia de cuanto está presente en todo lo que circunda. La imagen de la Diosa y la visión de la mujer es fundamental en estas sociedades.
La cantidad de estatuillas femeninas encontradas son muestras de que lo femenino es un elemento prominente, presente y reverenciado. Es muy viable que fueran culturas matrísticas.
Los pueblos arios tendrán manifestación de algunas Diosas, conforme se manifiesta en el Devīsūkta del Ṛgveda ; pero cada vez con un con un papel relegado.
Sin embargo los pueblos arios impusieron su cultura y su visión de predominancia de la energía masculina dará paso a movimientos de resistencia y reformas que, con el tiempo, asentaron la idea de un Dios, opacando a la Diosa y su culto.
Se menciona a la Diosa con el nombre de Kātyāyanī Devī quien se presenta cabalgando sobre un magnífico león, Kātyāyanī Devī avanza con sus cuatro brazos.
Diosa guerrera, estrechamente relacionada con las formas feroces de la Madre Divina.
Sin duda, Devī Māhātmya describe la batalla histórica del bien y del mal, de la luz y la oscuridad. Ella irrumpe con su potencia femenina para restablecer el equilibrio, la armonía que queda tras vencer aquella oscuridad que oprime y no permite la paz interior.
El desenlace muestra la Gracia de la Diosa Madre cuando permites tomar consciencia de Ella en tu vida, honrarla, venerarla mientras despierta y/o potencia el Despertar Sagrado Femenino, asegurándonos victoria.
¡Devī Māhātmya, Ki Jay!