En cuanto al rango, establece la totalidad de movilidad que tenemos en una articulación. La movilidad disponible proviene de la combinación de tensión del tejido conectivo, de la estimulación del sistema nervioso y de la forma y ángulo de los huesos que crean nuestras articulaciones.
Todo ello cambia y evoluciona, a excepción de la forma y ángulo de nuestros huesos. Sabiendo, por experiencia propia, que el rango de movilidad se ve afectado por las lesiones y las inflamaciones de tejidos.
Resulta paradójico que a pesar de que las personas queremos tener una amplia de movilidad, pasamos la vida realizando actividades diarias que lo disminuyen. Así, el rango de nuestras caderas se ve menguando, claramente, cuando llevamos una vida sedentaria o pasamos la mayor parte del día sentad@s (en una silla, delante de un escritorio, en una oficina, frente al ordenador…).
Cuando se reduce nuestro rango de movilidad, además de la oxidación, esta tensión acumulada se siente en otras partes del cuerpo, en muchas ocasiones. Sin embargo, el desconocimiento nos lleva a señalar únicamente donde se percibe molestia o dolor. De esta manera, muchas veces, no encontramos el origen del malestar y naturalizamos los dolores crónicos o recurrentes.
La disponibilidad y profundidad del estiramiento, tanto en la vida como en el yoga, varía en cada persona, en las diversas fases lunares e, incluso, de un día a otro y en la misma jornada. Por lo tanto, partimos de una estructura universal, pero siempre nos recordamos que el proceso es personal.
El Yoga nos encamina a aumentar el rango de movilidad, dentro y fuera de la esterilla. Para ampliarlo se requiere impactar tanto en el tejido conectivo como en nuestro sistema nervioso. De manera que resulta más efectivo tratar de alargar el tejido conectivo, cuando estamos relajad@s. Entrando en escena la precisa coordinación entre la respiración y el movimiento.
Para ampliar este rango, es importante elegir una práctica apropiada, sostenida y sistemática que se realizase con constancia. Así la auspiciosa sādhana se torna un espacio de autoescucha y crecimiento altamente motivador y revelador.
La vía por excelencia para avanzar en la conciencia corporal y aumentar el rango de movilidad es el yoga; mostrando y potenciando la interconexión entre respiración y movimiento. Desde la experimentación propia tenemos la oportunidad de conocer, honrar y sentir gratitud por este templo sagrado que habitamos. Que el movimiento no sea desde la fuerza sino desde la fluidez de la conciencia.
Respira, la belleza continua del yoga.
Namaste.
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